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domingo, 24 de noviembre de 2013

Lady Nutella

Lady Nutella.
(Futura Patrona de las Cremas de Cacao, y de los adictos a las mismas…)
De alguien como yo, o bueno, mejor dicho, de alguien que consiente que le llamen como a mí, Lady Gin Tonic, y que además y para más “inri”, tiene un Blog, se esperaría, no sólo un excepcional conocimiento de las ginebras, sino otro aún más que excepcional dominio de las distintas y mejores formas de “maridar” las mismas.
Véase, Lady Gin Tonic, para ser merecedora de su nombre, debería de haber probado todas las ginebras, estar dispuesta a volver a hacerlo, ser capaz de identificar con los ojos cerrados las distintas tónicas por el sonido de sus burbujas, y evidentemente, haberse procurado a lo largo de los dos últimos años, la formación suficiente para ser capaz de mejorar el gusto y el “bouquet” de cualquier Gin Tonic, aprovechando cualquier “aderezo” (frutas, verduras, especias, flores, legumbres, preparados vitamínicos varios etc.,)
Lady Gin Tonic, “la moi”, recibe sin parar en Twitter, multitud de mensajes privados proponiéndole colaborar con la promoción de nuevas Ginebras, Tónicas, Bares, Pubs, Club´s Gourmet´s, Revistas y Establecimientos especializados en licores, y así un largo etc., y Lady Gin Tonic, siempre responde lo mismo, porque además lo contrario, sería mentir; “A mi es que lo de la Ginebra, no me va demasiado, a mí lo que me va de verdad, es la Nocilla”¿Por qué entonces esta “historieta” de Lady Gin Tonic?
Me llamo Lady Gin Tonic porque a mis sobrinos les hizo gracia la costumbre que teníamos mi marido y yo de tomarnos un Gin Tonic antes de cenar (y no siempre la verdad), y además soy “bloguera”, porque a mi sobrina nieta Elenita sin H no se le ocurrió nada mejor que convencerme de que lo era (y a punto estuvo de obligarme a comprar unas gafas de sol de Prada para así llegar a ser una bloguera de “postín”), así que, o me cambio el nombre desde ya por el de Lady Nutella, o mis andanzas por Twitter, la Blogosfera, y la madre que parió a ambas, no van a dejar de estar vinculadas con la Ginebra, jamás de los jamases.
Expuesto lo anterior, y viendo como se ve, que estoy a punto de entrar en trauma, he estado pensando (saludable y recomendable actividad), y he llegado a la conclusión, de que si realmente quiero que la gente me conozca por mis auténticas “malas artes”, y antes de cambiarme definitivamente el nombre por el de Lady Nutella (que me gusta más que Lady Nocilla, porque suena así como más italiano…), voy a tener que empezar a compartir con todos, mis vastos conocimientos acerca de ese preciado y milagroso alimento, el cacao.
Mi relación con el chocolate, se remonta al embarazo de mi madre.
Mi madre, y cada vez que se enfadaba conmigo, no dejaba de reprocharme el haber engordado más de 20 kilos durante mi embarazo, por no haber podido parar de comer chocolate y derivados (para más inri era repostera), durante los 9 meses que le aguanté en sus internas entrañas. Lo recuerdo como si fuese ayer.
  • Si es que ya podías haber aprendido de tu hermana Manuela, una santa tu hermana, que los únicos “antojos” que tenía la bendita, eras unas pocas de obleas de tanto en cuando, y no tu, que venga y dale con el chocolate, y tu padre, “niña”, no dejes de comer chocolate no nos vaya a salir la criatura con una tableta en la cara, y mira tú si luego va y es chica, a ver quién es el guapo que la casa…
Un “encanto” mi padre.
Siendo aún muy pequeña, empecé a dar problemas con el consumo de este preciado y exótico bien, y raro era el día en el que no me las ingeniaba para permanecer escondida donde fuese (a los niños antes nos daban más libertad que ahora…) comiéndome a cucharadas el cacao en polvo que almacenaba mi madre para sus dulces (que me río yo de esos que dicen que no se puede comer el Cola Cao a cucharadas porque da tos, cuando lo único que hace falta es práctica…).
Ya de adolescente, y si bien mis padres confiaban en que con la tontería de los chicos, empezase a preocuparme por mi figura y porque no me saliesen granos (que con el chocolate, al menos a mí, y cuando era “persona” en el siglo pasado, me salían a “puñaos”), me apartase del vicio de “motu” propio, pero qué va…
A fin de cuentas, con los chicos, “visto uno, vistos todos”, pero con el chocolate, con el chocolate no es así.
El chocolate ni te falla, ni te olvida, ni te abandona… El chocolate te mima sin descanso, y no deja de sonreírte por las esquinas desde esos escaparates que más que escaparates, y por el mero hecho de haberle hecho un “hueco”, deberían convertirse en lugares de peregrinación…
El chocolate se reinventa a sí mismo, y reinventa todo lo que toca, consiguiendo de esta manera, que la “relación” jamás se vuelva rutinaria. El chocolate es dulce, mágico, exótico, es apasionado. El chocolate, y como dejan perfectamente claro en el anuncio de Valor*, el chocolate es un placer para adultos…
*Estimados Sres. de VALOR, a ustedes sí que les haría publicidad gratuita (o bueno, tal vez a cambio de materia prima).
Dándome mis padres por perdida, fue mi marido, el que intentó apartarme del culto al cacao, y si bien en un primer momento, alma de cántaro, creyó haberlo conseguido, luego no sólo tiró la toalla, sino que se subió el mismo al carro de la adicción, pasando desde aquel preciso momento, de ser dos en el matrimonio, a ser tres, y a convertirse el tercero, el chocolate, en el único imprescindible para la salud y buen funcionamiento del mismo…
Con el paso de los años, y ya a punto de entrar en la “menopausia”, muchos fueron los que pensaron que posiblemente, y al entrar en esa fase en la que la mujer, pues eso, que dicen que tiene que empezar a preocuparse un poquito más por su salud, y por su línea, y por esas “mandangas”, me apearía del burro, y me apartaría del consumo… ilusos. Efectivamente, las cosas cambiaron, el metabolismo se me alteró, y no sólo empezó a sentarme realmente más que bien, “mejor”, sino que como además adelgacé y se me quedó un “tipín” que ya podía haber tenido a los 20, pues eso, que tripliqué la ingesta sin sufrir ningún tipo de daño colateral…
Y bueno, el resto es historia, porque de todos aquellos que me siguen en Twitter, o que me conocen por mi Blog, es de sobra conocido, que raro es el día, en el que no me refiero al chocolate, más que con cariño, y con dulzura, con auténtica idolatría y veneración.
Mi último descubrimiento, y como ya he nombrado una marca, sin problemas en nombrar la segunda, ha sido el chocolate con kikos de Nestle… ¡¡DIOS MÍO!! Que maridaje tan excepcional, que creatividad, que bouquet, que textura, que elegancia, que línea, tan dulce por fuera, tan “kikos” por dentro, tan sorprendente a la par que atemporal… tan, tan.
Tan que se nota, que no miento cuando informo de la terrible necesidad que siento de cambiarme el nombre por el de Lady Nutella, y empezar a compartir a través de mi Blog, las mil y una maneras de ser feliz con, y gracias al chocolate.
¿Y no te cansas de tanto “chocolate”?- me preguntan a menudo.
¿Os cansáis vosotros de respirar…? – les respondo yo tan “pichi”.
Hasta dónde no llegará mi pasión por el chocolate, que no hago distinción entre el Cola Cao, y el Nesquik, pasando esto a ser incomprensible para todos aquellos que defienden a capa y espada al de los “grumitos”.
¿Mi chocolate favorito?. El “pecaminoso” al que hacía referencia antes…
¿Mi forma favorita de comer el chocolate?. Sentada.
¿Un motivo para celebrar con chocolate?. Todo es susceptible de ser celebrado con chocolate, la vida entera tiene que celebrarse con chocolate, el mero hecho de limarse de manera simétrica y sin ayuda técnica una uña, es motivo más que suficiente para una celebración con chocolate.
¿Un momento para el que no recomendaría el consumo de chocolate?. 2 días antes de hacerse un análisis de sangre que conlleven el riesgo de bronca por parte del médico de cabecera.
¿La mejor manera de recuperarse de un análisis de sangre?. Un “bocata” de chocolate.
¿Bebidas con Chocolate?. Todas a excepción del Licor 43 con Batido de Chocolate (que aún recuerdo una especie de “melopea” malísima que me agarré en los 80 en Benalmádena, bebiendo “guarrindongadas” de esas, y que es acordarme, y ponerme a morir).
¿Chocolate con Sal?. Sí, sí, y más que sí, y con Kikos, y con Pistachos, y con Fabada, y con lo que se tercie, que el chocolate sí que es capaz de maridar de forma natural y sin extravagancias con todo, y no la Ginebra, que vas, le echas pimienta y pepino, y terminas confundiendo la bebida con la ensalada y se te hace la “picha” un lío, y acabas mojando pan en el Gin Tonic.
¿Chocolate Nacional o de Importación?. Todos, y a ser posible a la vez.
¿Chocolate en productos de Belleza?. Pseee… Mis sobrinos me regalaron un champú de chocolate, y acabé “mareaita” perdida por estar intentando cada dos por tres “relamerme” las puntas.
¿Es el chocolate el sustituto del sexo?. No, el chocolate es la versión mejorada y no traumatizante del sexo.
¿Venderías tu alma al Diablo por una tableta de chocolate?. Esperando estoy la oferta…
¿Venderías a tus sobrinos por una tableta de chocolate?. Jamás. Jamás sería capaz de cobrarle a nadie por mis sobrinos, directamente los regalaría, y luego me iría a cualquier chocolatería Valor a “acallar” mi conciencia con una buena merienda de churros con chocolate…
¿Chocolate con Churros, o Madalenas con forma de osito y corazones de gominola?. Mariconadas las justas…
¿Motivos para renunciar al chocolate?. Veámos… ¿La Paz Mundial?
¿He llegado a “agredir” física, o moralmente a alguien por culpa del chocolate?. Sí, y no estoy orgullosa de ello, pero hace bien poco, le pegué una “colleja” a mi amiga Marutxa, cuando la descubrí en mi salón, “zampándose” mi última caja de After Eight. Luego le pedí perdón y eso, pero es que a quién se le ocurre encontrar una caja de “chocolates” escondida detrás de los Episodios Nacionales, y comenzar a comérsela como si tal cosa…
Creo que con los anteriores apuntes, he dejado más que claro, que tiene toda la pinta, de haber sido el chocolate, y no otra cosa (la familia, los amigos, el amor, la salud, el dinero, las pelis de posesiones demoniacas de los 80, etc.,), el auténtico motivo de mi felicidad… y que todo esto, es motivo más que suficiente, para cambiar de nombre ahora mismo, y pasar a exigir a todo “quisqui”, que se me comience a llamar LADY NUTELLA
Para terminar, y siguiendo las pautas y consejos de mis últimos entrevistados, San Valentín, La Muerta de la Curva, Franco (en proceso de edición), si realmente quiero llegar a convertirme en patrona de algo cuando me muera, tengo que comenzar a controlar mi manera de expresarme, y dejar de decir “tacos” y frases hechas que suenen “vulgares” o en un idioma desconocido (el “chamberinglish”), por lo que, como no sólo quiero empezar a ser conocida como Lady Nutella, sino que deseo fervorosamente pasar a convertirme tras mi muerte, en la patrona del chocolate, y de todos los adictos al mismo, pues eso…
Que Dios os bendiga hermanos.
Lady Nutella (la “bloguera” anteriormente conocida como Lady Gin Tonic)