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jueves, 27 de septiembre de 2012

...soy más mala que la quina.


Ser más malo que la quina, no es otra cosa que ser más malo que “arrancao”, véase, que siendo así, se pasa de ser malo, a ser mucho peor… y así de mala, soy yo.

A las personas “humanas”, esa especie…, les fascina lo de la santidad y el reconocimiento de la misma, y a cualquiera que le preguntemos,  no es más bueno  porque no le dejan, o porque la sociedad se lo impide “mismamente”, o por como dice mi amiga "tuitera" @QueMeDejesYa  porque #ñañañañaña

Los malos, los malos es que no son de verdad,  los malos sólo fingen serlo en el “Sálvame”, y además, de serlo, tampoco tendrían que preocuparnos, porque ni viven cerca nuestro, ni se lo consentiríamos, los malos, de vivir,  lo harían en otros continentes ,  al otro lado de la carretera,  o allí donde la luz del sol nunca llega…

Los malos son esa gente que se pasea por los pueblos abandonados del oeste con dos pistolas, y mucha sed de sangre.

Los malos son esos que abandonan a los perritos en las carreteras secundarias, y a sus mayores en las gasolineras de las carreteras secundarias…

Los malos son esos jóvenes que se meten en las casas ajenas, y no sólo las “pintarrajean” de arriba a abajo, sino que las llenan de basura, drogas, putas y esas cosas que son tan malísimamente malas, y que sólo tendrían que existir al otro lado de la carretera, o en ese otro continente al que no llega la luz del sol...

Esos son los malos,  y puff… menos mal que están lejos.

¡¡Ja!! Los malos no sólo no perdemos ni un segundo en tonterías como las anteriores (ya ves tú, en “okupar” una casa vamos a invertir ni un sólo segundo), sino que estamos más cerca de vosotros de lo que os pensáis. De hecho, vivimos en vuestro lado de la carretera, y además, como solemos ser más listos que vosotros, sí, vosotros los buena gente #ñañañaña… disimulamos fenomenal, y cuando menos lo esperáis ¡¡Zass!! ¡¡Puñalada trapera al canto!!

Esto siempre y cuando se sea como yo, véase, “#malamodo: más mala que la quina”.

Esto de la maldad, a mí (que no se a los otros…), como al pobrecito niño de “La Profecía”, me viene de nacimiento.

Ya nada más nacer, cogí, y en vez de comenzar a llorar como un tierno becerrito, le hice una pedorreta a mi abuela paterna.  Acto seguido le pedí un “Gin Tonic”.

No nos vamos a engañar, me las vi venir,  me hice la composición de lugar, y tuve claro que sería incapaz de aguantar serena mucho rato en este mundo tan lleno de buena gente.

He de admitir no obstante, que mi maldad, tiene un cierto componente genético… Sí, mi abuela por parte de madre era la bruja del pueblo, y de alguna manera, la maldad pasó a formar parte de mi ADN, y además, lo hizo en la peor de las versiones, la 6.66 o comúnmente llamada versión #ansisetecaigatopabajocuandomaslonecesites (que esto es una maldición gitana super “jodía”).

Yo (el burro delante “pá” que no se espante), soy de esas que suelta un “cachis” cuando escucha un frenazo y no hay golpe al final…

Yo, soy de esas que cuando mi querida “Pilar–Poleos” se pone a dieta, la saca de paseo y la lleva a la casa árabe a tomar té y pastelitos árabes, y le digo #ñañañaña “Pilar querida, pero si esto no engorda nada, y además con ese cuerpazo que tú tienes…” (y “to” para seguir estando más delgada que ella…)

Yo, yo soy capaz de ponerle al presidente de mi Cdad. de vecinos los mismos “ojitos” de “ El Gato con Botas”, al tiempo que conspiro en su contra con el propietario del local de abajo, y los recién llegados del 3º.

“La moi”, es capaz de soltar a sus sobrinos un “ay chicos en serio, no os preocupéis, que ya me las apaño yo solita en Barajas”, y acto seguido cambiar el testamento para que me herede la ALSNM (Asociación de lagarteranas de la Sierra Norte de Madrid).

Esa soy yo, y mucho mejor que lo sepáis desde ya para que nadie se lleve a engaño…

Me llamo Lady Gin Tonic, y soy esa “dulce ancianita” con la que mejor no cruzarse cuando hay luna llena…

Esta reflexión, como en otras ocasiones, no ha surgido de la nada,  esta reflexión ha surgido de lo hartita que estoy (creo que 80 tacos son más que suficientes…) de andar por ahí disimulando…

Porque que lo sepáis, para un malo, no hay nada peor, ni más doloroso, que andar por ahí disimulando.

Disimular no sólo implica tener que estar mordiéndote la lengua cada dos por tres, (con el riesgo de envenenamiento que esto implica), sino que te obliga a ir por ahí con esa sonrisa “Profident” que consigue que los que te rodean piensen que estás de “gin” o de “lexatin” hasta las cejas. 

Disimular, es estar constantemente en esas de nadar y guardar la ropa, tarea que si bien en un principio consigue mantenerte despierta y con la inteligencia fresca como una lechuga, con el paso de los años, te deja aburridita, “agarrotaita”, y con unas ganas terribles de liarte a “bocaos” con “to quisqui”.

Pues bien, los años han pasado, y con estas ganas de liarme a “bocaos” y “dentellas” que me han entrado, he visto, que la única solución para no terminar consumiéndome en mi propio veneno, es dejar de disimular, y CONFESAR MI MALDAD.

Confesar, e integrando esta parte de sombra y oscuridad que Jung ya avanzó que formaba parte de todos nosotros,  plantearme mi existencia desde la perspectiva de la maldad, desde ya mismo, y tal que "ansi".

Planteamiento Vital Modo: #masmaladelaquina  y así resumido en unos cuantos puntos para no perdernos.

1.- No ni pienso nunca jamás, tolerar que nadie me de sabios y cariñosos consejos, sin haberlos pedido yo antes. Los malos no sólo no necesitamos consejos de nadie, sino que además no se los damos a nadie (no al menos de gratis…). Todos aquellos que reúnan el valor de seguir dándome consejos, o pidiéndomelos, tendrán que atenerse a las consecuencias.

2.- No ni pienso asistir a reuniones, charlas, o eventos aburridos, a no ser que me paguen por ello, o me regalen chocolates, o perfumes, o cosas así,  y como “bonitas”, y que me pueda quedar sólo para mí…

3.- No me van a volver a pillar desprevenida para meterme a ver una película super culta, y con un montón de subtítulos, porque sea lo que se espera de mi,  a partir de ahora, o me llevan a ver películas de amor y tiros, o en las que salga el Diablo metiéndose en el cuerpo de alguien, o me voy yo sola y luego les "destripo" la película a todos los que me pregunten.

4.- Va a ir a misa los domingos, Pilar – Poleos, que yo a partir de ahora, la espero en la tasca de la esquina comiéndome una de bravas. A los malos nos gustan los curas, y resto de "cleros" para charlar con ellos después de los cafés... En los altares, y armados con agua bendita no, y no porque acaban sacando espíritus malignos de nuestro interior, y no esta el mercado de los espíritus malignos como para ir haciendo el tonto por ahí.

5.- Va a echarle sacarina al café con leche, y va a sustituir el Gin Tonic de las 09:00 por una Coca Cola Zero sin cafeína, otra, que “la moi” y ya a estas alturas de partido, antes la palma “tajada”,  que  de aburrimiento y con los niveles de azúcar en su sitio.

6.- No ni pienso volver a insinuar cariñosamente a los chavales de los autobuses que bajen los pies de los asientos, al próximo/a que pille con los pies encima, le arreo con algo (lo primero que pille) en la cabeza, y luego hago como que me desmayo y ya.

7.- No ni pienso volver a dejar que se me cuelen en el supermercado, se acabó, que la violencia sólo genera violencia, a excepción de cuando se genera en los supermercados ante la injusticia de las colas, en esos casos, lo que genera es “gustirrinin”.

8.- A partir de ahora, me voy a meter en todas las conversaciones de política, o de economía, o de sexo que pueda, y si es necesario expresar con claridad a mis interlocutores, no sólo lo equivocados que están, sino lo “pánfilos” que son, lo voy a hacer… y si alguno va y se molesta, u ofende, hago como que me desmayo y ya.

9.- No ni pienso volver a dejar escapar "viva" a ninguna peluquera que termine dejándome el pelo como a Mozart (nada bonita, no te preocupes, que el pelo crece...#ñañañaña). A la próxima que me organice una escabechina, la denuncio en el Ministerio de Industria y que le "incauten" las "tenacillas".

10.- En Twitter, no sólo voy a “bloquear” inmediatamente a todos aquellos que intenten venderme cosas raras, o meterme en grupos extraños, sino que voy a bloquear a todos aquellos que no empiecen a hacerme la “pelota” en las primeras 48 horas de seguimiento… y si me quedo sin seguidores, me cambio el nombre por el de Lady Horchata y vuelvo a empezar de 0.

Y podría tirarme así dos, o tres días enteros, punto, tras punto, y tras punto... pero "no me da la gana", que como ahora soy mala, sólo hago lo que me apetece, y ya...

Pues eso, que se acabó la dulzura y la bondad, y que a partir de este mismo momento, #soymasmalaquelaquinayalquenolegustequenomire

A la porra.

Lady Gin Tonic (sembrando el pánico “since” 1931).